El tiempo de la fidelidad
Se intensifica la amistad cuando se toma tiempo para estar juntos. Entre los encuentros, los miembros de la comunidad procuran encontrarse en grupos pequeños o sencillamente de dos o tres: es el tiempo de la fidelidad.
Los lazos de amistad se han tejido durante nuestras reuniones, vivimos muy naturalmente el tiempo de la fidelidad, el que se toma entre dos reuniones y que se alimenta por pequeñas señales: un telefonazo, una visita sorpresa… Estos “nadas” pueden convertir una existencia: sabemos que ya no estamos solos.
A las comunidades también les gustan las peregrinaciones, los campamentos de verano, los retratos... que les permiten convertirse por algunos días en comunidades de vida.